La pasta es uno de los platos favoritos de muchas personas (en sus infinitas versiones), y también uno de los ingredientes más versátiles de nuestra despensa. Es también una excelente fuente de energía, además de proteínas, fibra, vitaminas y minerales esenciales para nuestro organismo. Pero, ¿alguna vez te has preguntado cómo se hace la pasta? ¿Cómo se transforma el trigo en macarrones, espaguetis o fideos? Te contamos todos los pasos nuestro proceso de fabricación.

1. Recolección de trigo duro

Grupo Gallo no solo elaboras su propia sémola, sino que también desarrolla sus propias variedades de trigo duro, colaborando con agricultores locales de zonas como Andalucía y Aragón para escoger las mejores semillas. El trigo duro es universalmente reconocido como el cereal más noble por sus excelentes cualidades nutricionales.

2. Del trigo a la sémola

Una vez recogido el trigo duro, se lava bien y se pasa por la molienda para convertirlo en sémola de trigo.

3. Mezcla y extrusión

La transformación de la sémola de trigo en una pasta con una forma concreta y con una textura óptima se consigue mediante la hidratación de la sémola con agua, el amasado de la mezcla y posterior extrusión. Es en este paso cuando, dependiendo del tipo de pasta, puede añadírsele ingredientes naturales (huevo, espinacas, tomate…)

4. Moldeado

Si alguna vez te has preguntado cómo se hace la pasta y cómo obtiene esas formas tan diversas que tanto te gustan, la respuesta es simple: la masa extrusionada al vacío pasa a presión a través de un molde. ¿Sabías que actualmente en el mercado podemos encontrar más de 400 diferentes formatos de pasta?

Formas y diseños:

Por lo general, las pastas se pueden agrupar en:

  • Pastas laminadas: son las que se elaboran a partir de una lámina de masa: como los canelones, lasañas, margaritas, lacitos…
  • Pastas moldeadas: son las que proceden de una masa a la que se le da forma con un molde. Se subdividen en dos grupos:
    • Pastas largas: espaguetis, tallarines…
    • Pastas cortadas: para sopa (maravilla, estrellas, fideos…) o para tenedor (macarrones, formas infantiles…)

5. Secado

A no ser que se venda como producto fresco (con una vida media más reducida), la pasta debe ser secada para asegurar su estabilidad microbiológica y bioquímica.

  • Cada pasta necesita un tiempo y un modo de secado diferente: por ejemplo, las largas (spaghetti o tallarines) cuelgan de cañas y pasan a un secador vertical. Las pastas cortadas (macarrones, hélices…) se secan lentamente en secaderos rotantes o flotantes, para quitarles la humedad y garantizar que el producto se pueda conservar prácticamente de forma indefinida en las condiciones adecuadas.
  • El secado es un proceso sensible, que debe ser controlado con sumo cuidado para evitar la rotura interna de la pasta. Disponer de la más avanzada tecnología y los mejores profesionales es una garantía de un perfecto secado y posterior conservación de nuestras pastas.

6. Envasado

La pasta del Grupo Gallo se envasa directamente en paquetes de compuesto bicapa de polipropileno y polietileno alimentarios a la salida del silo de estabilización. Este complejo aporta la mayor resistencia posible al paquete, protegiendo la pasta de la humedad externa e impidiendo que se le transfiera sabor (por ejemplo, del cartón).

Ahora ya sabes cómo se hace la pasta. El próximo paso de este proceso es el de distribución: la pasta llega a las tiendas, donde puedes comprarla para llevarla a casa y cocinarla como más te gusta. ¿Sabes cuáles son las especias que mejor aderezan la pasta? No te pierdas este artículo.

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