Cómo saber si un producto es sano y natural

Cada vez somos más los consumidores que nos preocupamos por lo que comemos y buscamos productos saludables y naturales. Sin embargo, al enfrentarnos al etiquetado de los alimentos, nos encontramos con términos que pueden resultar confusos y, en ocasiones, hasta engañosos. ¿Cómo interpretar correctamente la información que aparece en un envase? ¿Qué debemos tener en cuenta para elegir productos de calidad?

En este artículo, te explicaremos cómo leer las etiquetas nutricionales de forma clara y sencilla, y tomaremos como ejemplo el etiquetado del caldo de pollo Gallo, un producto que destaca por su transparencia y calidad.

1. Claves para entender una etiqueta nutricional

Las etiquetas de los productos alimentarios están reguladas por normativas europeas, como el Reglamento 1169/2011, que garantiza que los consumidores tengan acceso a información clara y veraz sobre lo que están comprando. Pero, ¿qué aspectos debemos analizar al leer una etiqueta?

A) La lista de ingredientes

Los ingredientes siempre aparecen en orden decreciente de cantidad, es decir, el primero de la lista es el que está presente en mayor proporción en el producto.

Consejo práctico: Busca etiquetas con ingredientes sencillos y naturales. Cuantas menos sustancias añadidas, mejor. Evita los productos con una larga lista de nombres desconocidos o aditivos innecesarios.

B) Información nutricional

La tabla nutricional que encontramos en el envase nos permite conocer el valor energético y el contenido de proteínas, grasas, hidratos de carbono, fibra y sal.

Aspectos a considerar:

  • Un producto saludable debe ser bajo en grasas saturadas y azúcares añadidos.
  • Revisa la cantidad de proteínas por cada 100 ml o gramos.
  • El contenido de sal es un aspecto importante a revisar en cualquier producto envasado. Según la estrategia NAOS de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), se recomienda no superar los 5 gramos de sal al día. En el caso de los caldos, su contenido en sodio es un factor a considerar dentro de la dieta diaria, asegurando un consumo equilibrado.

C) Denominaciones y reclamos publicitarios

Muchos productos incluyen términos como «100% natural», «sin conservantes» “caseroo «artesano», pero es importante comprobar si estos mensajes están respaldados en la lista de ingredientes.

Truco del consumidor informado: Lee la etiqueta con ojo crítico y no te dejes llevar solo por el diseño del envase.

Como ya mencionamos en nuestro anterior artículo sobre «Etiquetado de alimentos», es clave fijarse en la composición real de los productos y no solo en lo que destaca la publicidad.

2. Un ejemplo: el etiquetado del caldo de pollo Gallo

Para ilustrar cómo debe ser un etiquetado claro y transparente, tomamos como referencia el caldo de pollo Gallo, que ha sido diseñado para ofrecer un sabor casero y una composición honesta.

Ingredientes principales:

  • 33% de pollo fresco, uno de los porcentajes más altos del mercado.
  • Verduras frescas seleccionadas: zanahoria, cebolla, puerro y apio, sin procesar ni congelar.
  • Agua como base del caldo.
  • Sin aromas artificiales ni potenciadores de sabor.

Información nutricional (por 100 ml):

  • 8 kcal por porción, lo que lo convierte en un caldo ligero.
  • 1,4 g de proteínas, gracias a su alto porcentaje de pollo.
  • Sin conservantes ni colorantes, lo que lo hace más parecido a un caldo casero.

Compromiso con la transparencia:

  • Etiqueta clara y fácil de interpretar, sin ingredientes ocultos.
  • Proceso de elaboración innovador que maximiza el sabor y la calidad, gracias a nuestro método: la «Olla Gallo».
  • Envase sostenible, con un 87% de material reciclable de origen vegetal.

3. La importancia del etiquetado transparente

El etiquetado claro no solo nos ayuda a tomar mejores decisiones de compra, sino que también protege nuestra salud y bienestar. Según la normativa europea, los consumidores tienen derecho a conocer exactamente qué están consumiendo.

Sin embargo, aún existe una gran confusión en el mercado de la alimentación, como podemos observar en los caldos envasados. Por ejemplo, muchos productos etiquetados como «caldo de pollo» apenas contienen pollo y dependen de aditivos para su sabor.

Por ello, marcas como Gallo apuestan por un etiquetado honesto, donde se destaque claramente la composición real de cada producto. El objetivo es que el consumidor pueda diferenciar entre un caldo auténtico y uno con un porcentaje mínimo de ingredientes frescos y naturales.

Elegir con criterio es más fácil de lo que parece

Leer las etiquetas correctamente es clave para una alimentación consciente. Un etiquetado transparente nos permite diferenciar un producto realmente natural de otro que solo lo aparenta. El caldo de pollo Gallo es un gran ejemplo de cómo debería ser un producto honesto: con un alto contenido de ingredientes frescos, sin aditivos innecesarios y con una etiqueta clara y comprensible. Así que la próxima vez que vayas al supermercado, recuerda: elige aquellos productos con información clara y de calidad comprobada. ¡Tu salud y tu paladar te lo agradecerán!

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