¡Qué difícil resulta a veces la hora de la comida con niños en casa! ¿Tus hijos son de los que se niegan a probar cosas nuevas? No te desesperes: piensa, ante todo, que se trata de una fase y, tarde o temprano, cambiará de actitud. Y para lograrlo, a continuación, te damos 5 consejos para que los niños comiencen a comer de todo mañana mismo.
1. Introduce una gran variedad de alimentos en su dieta desde muy temprano
Una vez pasados los primeros seis meses de vida de tu hijo o hija, cuando inicies la alimentación complementaria, procura incluir la mayor variedad de alimentos posible. De este modo, tu bebé comenzará a familiarizarse con diferentes texturas y sabores, y esto ayudará a que desarrolle una mayor disposición a probar nuevos alimentos.
2. Háblales sobre la importancia de comer sano y variado
En los primeros años de vida, es importante fomentar una buena comunicación con nuestros hijos. Al igual que con otras facetas, con la alimentación es importante que comprendan la importancia de comer de forma sana y variada. Explícales de dónde vienen los alimentos que van a comer y por qué son buenos para ellos. Esto hará que mejore su disposición a probarlos.
3. No presiones
Algo muy importante que debemos recordar, es que no debemos obligar a los niños a que coman algo que no desean. Esto no significa que vayamos a dejarlo pasar, pero, a veces, cuanta más presión ejerzamos sobre ellos, menos querrán probarlos. ¡Y lo último que deseamos es causarles una aversión a ciertos alimentos! ¿No te parece? Si sucede esto, deberemos dejar pasar un tiempo, y nuevamente volveremos a ofrecer el alimento que fue rechazado previamente. En ocasiones sucede que los niños no están de humor para probar nuevas cosas. Por eso, es muy probable que, a la segunda –o quizás a la tercera- logremos una mayor aceptación por su parte.
4. Convierte el comer en un juego divertido
El juego es, sin lugar a dudas, una de las mejores formas de enseñar a los más pequeños. Utiliza la diversión como herramienta para que aprendan a comer sano y variado. Convierte la hora de la comida en una experiencia divertida y emocionante y en un juego consistente en probar nuevos sabores. Los niños estarán mucho más entusiasmados y dispuestos a comer lo que les propongamos si se meten de lleno en el juego.
5. Introduce alimentos en su dieta de un modo original
Siguiendo lo que comentábamos en el punto anterior, podemos ponernos un poco creativos y ofrecer a nuestros hijos los alimentos de una forma más divertida y atractiva. ¡Es momento de poner a trabajar tu imaginación! Dibuja en su plato figuritas o paisajes a base de vegetales, crea caras divertidas, emplea platos de sus personajes favoritos…
Otra opción para introducir alimentos nuevos en la dieta de los niños es “disfrazarlos”. Por ejemplo, si queremos que coman espinacas, quizás la mejor forma de conseguirlo es cocinarlas gratinadas al horno: el queso “disfrazará” su aspecto y dará un sabor irresistible a este vegetal que a veces no gusta mucho a los niños. ¿Quieres un buen truco para que aprendan a comer legumbres? ¡Dáselas en forma de pasta! Con la gama 100% Legumbre de Gallo podrás crear deliciosos platos con pastas elaboradas a base de un único ingrediente: lentejas rojas, garbanzos o guisantes. Añade sus salsas favoritas: tomate, boloñesa, carbonara… y, sin darse cuenta, estarán aficionándose a comer estos alimentos tan nutritivos y beneficiosos para su salud. ¿A qué esperas para poner en práctica estos trucos? Ponte manos a la obra y haz que tus peques aprendan a comer sano y variado.